¿Cómo Redactar un Anuncio Publicitario? (parte 2)

Una herramienta fundamental para los mercadólogos, publicistas y diseñadores publicitarios es la palabra. Sin embargo, pese a que la usemos diariamente, no siempre lo hacemos de forma correcta; por eso, aquí te decimos cómo redactar un anuncio publicitario.

• Todo texto debe ser leído varias veces. La primera para ver si se está comunicando lo que se desea, aquí es muy importante leer lo que dice el papel, no lo que creemos que escribimos. La segunda es para revisar ortografía y redacción. La tercera –que no siempre es posible por la velocidad que requiere el trabajo- idealmente debería hacerse un par de días después, porque así podremos notar errores que antes no hicimos.
• Los diccionarios no son piezas de museo ni recuerdos de la niñez, deben ser usados de forma continua. Ante la duda, utilizar un diccionario; si no tenemos uno a mano (lo que actualmente es difícil con los dispositivos móviles), entonces recurrir a formas que sabemos que son correctas.
• Si estamos en un país diferente al nuestro, debemos ser muy cuidadosos para evitar decir palabras cuyo significado sea distinto al que deseamos o hasta ofensivo. Para esto nos puede ser de suma utilidad el Diccionario Panhispánico de dudas (www.rae.es).
• Informarse es fundamental, sobre todo si son temas que no manejamos de modo cotidiano. En caso de que se trate de un área especializada, es recomendable solicitar asesoría.
• Hay que desechar el copy paste, si se van a recuperar las palabras de otro, hay que hacerlo mediante citas o paráfrasis. Otro de los riesgos del copy paste es que quien lo usa no siempre lee la fuente completa, lo que le lleva con gran facilidad a descontextualizar lo escrito o a cometer errores garrafales. Tampoco olvidemos que hay escritos que están protegidos por las leyes de derecho de autor.
• La Real Academia establece que en los textos publicitarios es válida la ruptura de ciertas reglas, por la intencionalidad que lo sustenta. Sin embargo, esto no constituye de ninguna manera un permiso para usar el idioma de forma arbitraria ni acogerse a esta excepción para justificar la ignorancia.
• Bajo ningún concepto es válido argumentar que como el cliente aprobó un escrito, los errores son responsabilidad de él. Nada más falso, los especialistas somos nosotros y por ello se solicitó nuestro trabajo, la responsabilidad es nuestra.
• El uso de datos duros puede ser de gran utilidad, no obstante, para que los datos conserven su confiabilidad es necesario indicar su procedencia, aportando la información pertinente que permita su verificación.
• Y, por último, ningún escrito será claro, si el pensamiento no lo es. Así que apostemos por la claridad al pensar, para ser capaces de transmitirlo de forma efectiva.

Escribir correctamente no es tarea fácil, pero ahora cuentas con más información para redactar un anuncio publicitario correctamente.

Por Marcia Trejo.